
2° Crón 16:7 En aquel tiempo vino el vidente Hanani a Asa rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos.
16:8 Los etíopes y los libios, ¿no eran un ejército numerosísimo, con carros y mucha gente de a caballo? con todo, porque te apoyaste en Jehová, él los entregó en tus manos.
16:9 Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él. Locamente has hecho en esto; porque de aquí en adelante habrá más guerra contra ti.
16:10 Entonces se enojó Asa contra el vidente, lo echó en la cárcel, porque se encolerizó grandemente a causa de esto. Y oprimió Asa en aquel tiempo a algunos del pueblo.
16:11 Mas he aquí, los hechos de Asa, primeros y postreros, están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel.
16:12 En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó gravemente de los pies, y en su enfermedad no buscó a Jehová, sino a los médicos.
En cierta ocasión, mientras viajaba a mi ciudad, conversaba con mi compañero de viaje que resultó ser un señor muy humilde, muy amable y muy campesino. Me decía que vivía en un lugar “que tiene bastantes árboles alrededor y pasa un pequeño río por el cual transcurre el agua calmadamente, y de vez en cuando tenemos un visitante rondando por ahí”.
“A este visitante es común oírlo y no tanto verlo, pues comúnmente anda buscando su desayuno o su almuerzo, atento a cualquier movimiento en el suelo o en los aires, su mirada escudriña todo el territorio como si le perteneciera, ese visitante es un halcón”.
¡Amigos (as)! … En nuestra lectura bíblica vemos en 2° Crón. 16, cuando Hanani el profeta de Dios, informó a Asa rey de Judá, que sus acciones estaban bajo supervisión desde lo más alto: “Por haberte apoyado en el rey de Siria y no haberte apoyado en el Señor tu Dios…” (v.7), y luego agregó: “los ojos del Señor recorren toda la tierra para fortalecer a los que tienen un corazón íntegro para con él” (v.9). Asa se había equivocado, y estaba depositando su confianza en el sitio errado y por eso continuaba la guerra.
¿Saben amigos (as)? … Las palabras de Hanani no deben ser consideradas como condenatorias, sino como una forma de llamarlo al arrepentimiento; nuestro Dios nos observa siempre y espera que en toda circunstancia acudamos a Él compartiéndole nuestras necesidades y problemas.
Nuestro Señor está atento como el halcón que vigila atentamente su propiedad. Como dueño de todo cuanto existe Dios es quien en verdad tiene el control.
Levanta tu mirada, busca en Dios socorro, aliento y sustento, porque como dijo el salmista… “Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella; el mundo y los que lo habitan” (Salmo 24:1).
Hno. Gunder.